El Papa Francisco nos dejó la siguiente reflexión: “la importancia de cuidar las raíces,
porque sólo profundizando las ramas crecerán hacia lo alto y darán frutos.
Preguntémonos: ¿Cuáles son las raíces más importantes de mi vida? ¿Las recuerdo,
las cuido?”
La Argentina tiene una tradición de arte de altísimo nivel, Borges, Cortázar, Roberto
Arlt, Bioy Casares, Sábato, Silvina Ocampo, Puig, Abelardo Castillo, José Hernández,
Pizarnik, Storni, José Hernández, Rodolfo Walsh, Liliana Bodoc… y puedo seguir,
autores reconocidos e idolatrados internacionalmente. En la música, Gardel, Yupanqui,
Mercedes Sosa, Piazzolla, Spinetta, Charly, Ricardo Iorio, Pappo.
Argentina es cuna de grandes artistas e intelectuales, tenemos varios premios
nobeles.
Pero hoy lamento ver como perdemos una herencia tan fuerte, y nuestras raíces son
olvidadas. No hay peor tragedia para un pueblo que olvidar la tradición y renegar de su
cultura, así como un árbol sin raíz, nos secamos y morimos lentamente. Hoy tenemos
músicos hechos con “copiar y pegar” que no saben entonar una nota, que cosifican,
que no se sabe si son argentinos, venezolanos o españoles. Artistas plásticos que
pegan una banana a una pared con una cinta o tiran pintura roja sobre una pared y se
comparan con Van Gogh. En la literatura, el mundo editorial, nacional e internacional,
elije las novelitas “vainilla” de Wattpad y hace tapas con IA, negando el trabajo de
grandes artistas, escritores y dibujantes. El arte siempre fue incomodo, plantea
preguntas, defiende ideales, representa el espíritu de un pueblo. Hoy el arte es la
comida rápida, la musica hecha en computadora por que los pseudocantantes no
saben que es un LA sostenido, tener un iPhone y las editoriales publican según los
“me gustan” del influencer, no según la calidad de la historia.
Es por eso que soy critico y siento que necesito ser yo mas que nunca, no solo por mí,
es un deber para con el arte. El arte de cada país debería representar a su pueblo y
hoy vivimos en un mundo donde hay un arte generalizado mediocre que fabrica
zombis.
Es por eso que cuando escribo, más allá de que me divierto y que quiero que el lector
se divierta, también quiero que reflexione, quiero que sienta incomodidad ante
planteamientos éticos y morales, quiero que sepa que soy argentino y que estoy
orgulloso de mi historia. Tenemos un gran linaje como para darle la espalda.
Prefiero ser independiente, a mi nunca me van a decir que escribir, no voy a ser
políticamente correcto, no voy a ir con políticos de turno ni me interesan los me gusta,
quiero trascender y que cuando el lector me lea, pueda llevarse algo, al menos
interrogantes. Defiendo el arte hoy mas que nunca. ¡Viva el Eternauta!